ESCRITO EN LAS ESTRELLAS: Un sueño y una realidad.
Comenzaba
el verano y con él, el sofocante calor de la costa valenciana, la humedad te
atravesaba por los poros, aquellos que a su vez habían reclamado esa esencia,
ese olor a verano, a mar, a paseos en la orilla de la playa, tardes de soledad
con la vista perdida hacia lo infinito, amaneceres enigmáticos bellos en colores,
el nacimiento de un nuevo día frente a la infinidad, frente a lo perpetuo y
hacia lo admirable.
Me
llamo África y cada año, cada verano vuelvo a ésta tierra que un día me
enamoró, me envolvió por completo en la
dimensión de la lejanía de la vista hacia lo infinito, ese mar que todos conocemos,
pero no sólo fue aquel agua cristalina, azulada y turquesa quien se llevó mi
corazón. En esa playa mi alma y mi espíritu comenzaron a latir, a existir y a hallarse para vivir lo que nunca con mis
dieciocho años había vivido.
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